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Tras el bochornoso espectculo que ofrecieron sus jugadores el pasado mircoles en Huelva, Quique Snchez Flores sali a la sala de prensa de El Colombino y dijo lo que muchos piensan y nadie se haba atrevido a decir pblicamente hasta ahora: que algunos jugadores del Atltico de Madrid no se estn comportando de manera profesional. Las palabras vienen de un tipo de sereno, de vocacin claramente conciliadora. Y eso les da todava ms credibilidad. El tcnico ha dado un paso al frente, decidido y valiente, para sacar al club de la delicadsima situacin en la que se encuentra. El entrenamiento de ayer deja claro que ya ha empezado a tomar medidas. Ahora el club debe dar otro paso: respaldarle firme y pblicamente. Si no, le dejar a merced de los jugadores, como ya ocurri con Abel, y el crculo vicioso del club no tendr fin.

Las palabras de Quique no fueron fruto de un calentn. Todo indica que el tcnico llevaba tiempo mascando la sospecha de que algunos de sus futbolistas no estn dando ni mucho menos lo mejor de s mismos, algo imperdonable: se puede discutir si el Atltico est o no entre los mejores equipos de Espaa, pero es un hecho que sus futbolistas s estn entre los mejor pagados.

Quique se la ha jugado y, probablemente, lo seguir haciendo. Est dispuesto a enfrentarse a cierto sector del vestuario a cambio de conseguir un equipo comprometido. Una apuesta as exige una declaracin de apoyo incondicional por parte del club. Si no, calar el mensaje de que su puesto depende exclusivamente de los resultados. Es decir, que est en manos de los jugadores. Si el club confa en Quique debe decir alto y claro que es l quien manda. Si no, volver a perder el Atltico. Otra vez.