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Thierry Henry, que el pasado mircoles protagoniz la jugada del gol ilegal ms escandaloso del siglo, ha dado un valiente y honrado paso al frente reconociendo que lo ms equitativo sera repetir el partido entre Francia e Irlanda.

El azulgrana, que en ningn momento neg su clamorosa mano en la ya famosa jugada, ha dado una autntica leccin a las instituciones deportivas con su justo planteamiento. Es de alabar que Henry, que poda haberse lavado las manos —y nunca mejor dicho— en este asunto, se haya puesto de lado de los que reclaman a gritos un nuevo partido. Con su honesta postura no slo repara su imagen de tramposo, sino que pone en un complicado brete a la FIFA. Los rectores del ftbol internacional, que continuamente estn haciendo apologa del fair play, tienen ahora en su mano —y nunca mejor dicho— la ocasin de demostrar que lo suyo no es hueca palabrera. Si de verdad estn a favor del juego limpio deben repetir el choque.

Pero ajenos al clamor mundial, los responsables de la FIFA sostienen que no se puede volver a jugar. Alegan que la reglamentacin lo impide, como si el testimonio del culpable no fuera una prueba de cargo irrefutable. Con su postura inflexible y fosilizada, estos rectores del ftbol hacen un dao enorme al deporte que dicen defender.

Y lo peor de todo es que los aficionados del mundo entero empiezan a sospechar que hay una mano negra —y nunca mejor dicho— que mueve los hilos de la FIFA aplicando los criterios de negocio por encima de los deportivos. La presencia de Francia en el Mundial supone al organismo que preside Joseph Blatter muchsimos ms ingresos econmicos que si se clasifica la humilde Irlanda. Ya saben: no hay que morder la mano que te da de comer. Y nunca mejor dicho.