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Eran los primeros aos 80, tiempo de atletas de fsicos descomunales, de sospechas tras un Teln de Acero que ocultaba demasiadas cosas y de ms oscuridad que luz. Pero, entre todas, la checa Jarmila Kratochvilova y su rcord marciano de 800. Nunca se corri bajo ms sospechas.

La atleta checa impactaba por su andrgino aspecto, sus hechuras claramente masculinas y su musculosa apariencia. Adems, sus axilas pobladas de vello no ayudaban. En los Europeos de 1982, cuando haba vuelto a pasar los controles de gnero (algo que hizo siempre sin problemas) y antes la ensima pregunta incmoda, lleg a declarar: “Yo no tengo la culpa de ser fea y de tener el aspecto que tengo”.

Su explosin, pasados los 30 aos, tambin daba que hablar, pues de ser una especialista en los 400 metros siempre a la sombra de la legendaria (y tambin harto sospechosa) Marita Koch, comenz a hacer grandes registros en los 200... y, un da, en los 800. El 'problema' es que ese da par el crono y el mundo en una marca que nunca se ha estado ni cerca de batir.

La checa Jarmila Kratochvilova llegaba a la reunin de Mnich (en la Alemania occidental, por lo que tuvo que recibir un permiso especial del gobierno comunista checoslovaco) un 26 de julio de 1983 con afn de entrenarse para ganar los 200 y 400 en el Europeo de Helsinki, que se celebrara unas semanas despus. Pero un da antes le dio un calambre en una pierna y su entrenador le aconsej que participara en el 800, por ser una carrera mucho menos explosiva. Probaran ritmos de cara al 400.

Segn contaba la propia atleta en una entrevista concedida el ao pasado a la agencia alemana DPA, “era el tercer 800 de mi vida. Estaba muy bien, me senta en forma. Me quera preparar para el 400, no haba nada en juego. Todos esas sensaciones contribuyeron a conseguirlo”. Antes, en otros 800 anecdticos, ya haba hecho marcas buenas para una no especialista, pero nada que pudiera presagiar aquello: 1:58:33 en pista cubierta en febrero de 1983 y 1:56:59 en el verano del ao anterior en Praga.

La crnica de MARCA de aquella carrera cuenta: “La segunda vuelta a la pista la hizo completamente en solitario y con una fortaleza asombrosa; su final fue pletrico y todava, al terminar, se permiti el lujo de unas carreritas mientras se sucedan las fotos”. Todos estaban asombrados. Nadie entenda cmo poda haber ocurrido aqullo. La siguiente atleta llegaba a siete segundos, una distancia todava mayor de la que obtuvo Caster Semenya en la final de los Mundiales, y en aquella carrera no estaban unas cualquiera: entr segunda la polaca Jolanta Janutcha, una atleta con una mejor marca personal de 1:56:95, un registro con el que hubiera ganado la plata en estos Mundiales de 2009.

Kratochvilova pareca, adems, haberlo vivido con la mayor de las ingenuidades. “A 30 metros del final mir al reloj, y cuando lo vi, alucin. Incluso cinco metros antes de la lnea de meta me deca a m misma que el tiempo era una locura y que el crono deba estar mal”, declaraba 25 aos despus. Incluso no saba exactamente cul era el rcord del mundo. Ya lo poda memorizar: 1:53:28. 26 aos despus, slo otra atleta tan sospechosa como ella, la joven sudafricana Caster Semenya, puede batir ese registro.

El aspecto de Kratochvilova y todas las sospechas que circundarn su carrera siempre hacen de ella una atleta imposible de repetir. Quiz lo sea por el Turinabol, el anabolizante que consumieron masivamente los atletas del Teln de Acero en los 80 (hasta el Museo de Historia Alemana de Berln muestra a sus visitantes una caja de las pastillas dopantes, oficializando la trampa masiva), pero, como declaraba el legendario entrenador Manuel Pascua Piqueras a MARCA.com hace un tiempo, “sus avances biomdicos [los de la Unin Sovitica y pases satlites] fueron increbles, y 30 aos despus seguimos viviendo de ellos. Eran los mejores y su sistema era genial”. Nunca se pudo probar positivo alguno en sus atletas de superlite con unos controles prehistricos que no parecan detectar nada.

Lo cierto es que Kratochvilova es un ejemplo paradigmtico de una poca y un disparate en s misma. Su aspecto era 'imposible' (“No tiene un cuerpo fisiolgicamente normal de una mujer. He tratado con atletas olmpicas de 34 pases y no he encontrado nada igual”, declaraba un mdico estadounidense en 1986, como recoge el libro 'The gender and the science reader') y, como dijo un peridico de la Alemania Federal, “su cuerpo es una provocacin”. Y sus marcas... Simplemente, irrepetibles: cumplidos los 30 aos marc 11,09 en 100 metros y 21,97 en 200 (en la misma reunin: Bratislava en el verano de 1981), 47,99 en 400 (segunda mejor marca de todos los tiempos) y su rcord de 800. Es simplemente imposible.

Pero, hasta dnde llegaba su capacidad de exprimirse para obtener todo lo que tena y dnde empezaba el dopaje? Kratockvilova se justifica: “Digamos que yo no haca nada ms que entrenar. Mi entrenador y yo sabamos que en ese rcord haba 16 aos de entrenamiento detrs. Ese ao corr tres veces 800, y ahora hacen 25 por temporada. Sera rica si lo hubiera hecho, pero no tendra el rcord”. Es evidente que parte de la historia se entiende ah, en esa vida extenuante de unos deportistas consagrados a su especialidad bajo la disciplina dictatorial bajo los regmenes comunistas, pero no lo es menos que su rcord de 800, por todo lo que encerr, slo podr superarlo alguien que llegue, como ella, al lmite de la condicin humana. Quiz slo Caster Semenya, diga lo que diga el anlisis de gnero que tiene pendiente, haya sido creada para estar en ese lmite.

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