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Esteban Granero est dispuesto a perder dinero por jugar en elReal Madrid. Cuando ayer supo que el club de su vida estaba interesado en repescarle, el canterano no dud en rebajar un sueldo que ya estaba fijado para poder cumplir el sueo que tiene desde nio: triunfar de blanco en el Bernabu. Granero tiene 22 aos recin cumplidos y antepone sus deseos deportivos y su amor a los colores a los intereses econmicos. Tras dos temporadas en elGetafe en las que se ha reivindicado, se encuentra ante la gran oportunidad de su carrera. Y sabe que, aunque ahora renuncie a una parte importante de los ingresos que pact hace dos aos o no atienda a la oferta de otros equipos como el Valencia, si triunfa en su Madrid a la larga saldr ganando en todos los aspectos, incluido el econmico.

La actitud de Granero es digna de elogio por valiente y por ejemplar. Mientras multitud de futbolistas jvenes que apenas juegan en sus equipos se aferran a sus contratos sin que parezca importarles el estancamiento de su carrera, el prometedor centrocampista confa en su ftbol para irse a un equipo donde la competencia ser tremenda. Es evidente que cualquier futbolista est en su derecho de exigir que le paguen lo que figura en su contrato si quieren traspasarle, pero es un mal ejemplo para la juventud ver cmo el dinero gobierna las carreras de deportistas con varios aos por delante para ganar cantidades millonarias. La fidelidad que demuestra la gente de la casa como Granero contrasta con la actitud mercenaria de muchos que vienen, cobran y se van, sin ninguna implicacin.

La solucin a esto pasa por instaurar definitivamente el pago de ingresos variables en funcin de objetivos. A mayores logros, mayores ganancias. Este modelo que ya se aplica en la sociedad debera generalizarse en el deporte, aunque muchos deportistas se muestren reacios. Los mismos que anteponen el dinero al deporte.